Pareja de autillos criando en la puerta de casa

Hoy voy con una entrada corta pero muy especial (y visual), y es que, he podido seguir la reproducción de una simpática pareja de autillos a escasos 5 minutos de mi casa, en el corazón de Pamplona, junto a la catedral de la ciudad.

Uno de los ejemplares seguidos (13-5-2021)

Una especie que aunque tenemos muy presente, es poco conocida, y de la que hace bien poco realizamos entre varias personas un censo de todos los ejemplares que tenemos en Iruña en parques, jardines y paseo fluvial que plasmé aquí, por lo que la información de la entrada de hoy os puede resultar un poco repetitiva… Intentaré ser breve.

Os presento al protagonista; el autillo (Otus scops) es el más pequeño de nuestros búhos, con unos 20 centímetros de altura y 55 de envergadura alar, siendo la hembra un poco más grande que los machos.

El autillo totalmente pegado al tronco (4-5-2021)

Su cuerpo es delgado y a pesar de que puede ahuecar su plumaje y tener aspecto rechoncho, tiene figura esbelta, siendo cabezón y teniendo alas largas.

Con aspecto rechoncho (17-4-2021)
Bien camuflado pero con el plumaje más estilizado y mostrando sus «orejas» (15-4-2021)

Su plumaje es de tonos pardos, rojizos, marrones o grises, muy similares a los de las cortezas de los árboles, y está barreado con tonos más oscuros, lo que le hace ser el rey del escondite. Le caracterizan dos pequeños penachos a modo de “orejas” que no siempre lleva visibles, y unos espectaculares ojos amarillos.

Bien camuflado entre la vegetación (22-4-2021)
Más cercano (26-4-2021)
Estilizado y con las orejas bien arriba, atento a unas urracas que estaban montando buen escándalo (16-4-2021)

Generalmente, es un ave estrictamente nocturna, y principalmente se trata de un animal insectívoro, con predilección por mariposas nocturnas y saltamontes, aunque también puede llegar a comer reptiles, pequeñas aves y micromamíferos, que suele cazar saltando sobre ellas o en cortas persecuciones.

Durante el día descansa entre hojas y ramas del arbolado, y aunque no son nada fáciles de ver, es curioso como día tras día en muchas ocasiones usan exactamente el mismo posadero de día, por lo que si se localiza un ejemplar, es más que probable que al día siguiente este en el mismo lugar.

En uno de los posaderos habituales (16-4-2021)
En otro de sus posaderos (2-4-2021)

Si no es así, no andará muy lejos, como he podido comprobar yo con esta pareja que observé en este territorio histórico el 15 de abril por primera vez, y que he seguido localizando día tras día hasta prácticamente la salida de los pollos del nido. 

¿Veis la pareja que escondida está? (2-5-2021)

El autillo se trata de un ave mayoritariamente migradora. Entre febrero, pero sobre todo marzo-abril-mayo, llega desde sus cuarteles de invierno en África, a los que retorna entre agosto y octubre (ya que la inmensa mayoría de ejemplares pasan el invierno al sur del Sahara). Algunos ejemplares permanecen en la Península Ibérica durante el invierno, pero son muy escasos, siendo aún más escaso cuanto más al norte vayamos.

Alicaído en una rama (20-4-2021)

El autillo europeo es muy abundante como reproductor en España y hasta la mitad de Francia. Curiosamente hacia el norte de Francia y del resto de Europa la especie, pudiendo estar presente se hace mucho más rara.

En nuestras tierras frecuenta zonas en las que hay arbolado. Sotos, dehesas, huertos, parques, jardines y pequeños bosques (evitando los bosques muy densos).

Descansando (15-4-2021)
Entre hojas y ramas (15-4-2021)

Y para criar, se trata de un animal que principalmente nidifica en oquedades de árboles viejos y enfermos de gran tamaño.

Este tipo de árboles (los de mayor edad o decrépitos y moribundos) son los que presentan huecos, y en los jardines y parques de la ciudad (lugar frecuentado por el protagonista de hoy) suelen ser los primeros en ser cortados y eliminados por temas de seguridad. Por ello, puede ser que en diferentes lugares la disponibilidad de agujeros óptimos para la cría sea escasa o nula (no solo para el autillo, si no para muchas otras especies como agateadores, carboneros, herrerillos o abubillas, que también aprovechan este tipo de huecos).

De día descansa bien pegado al tronco (16-4-2021)

Por ello, en Pamplona hay varias cajas nido especiales (de diferentes proyectos) colocadas para la especie, como la que ha usado la pareja a la que yo he realizado un seguimiento bastante exhaustivo y que tengo controlada como bien he dicho antes, a escasos minutos de casa.

Y aquí es donde ha criado esta pareja… en una caja nido justo al lado de la catedral de Pamplona, en un pequeño bosquete de fresnos junto a la muralla que rodea la antigua ciudad de Pamplona. Caja nido que por lo que se no es primera vez que usan y a la que estaremos atentos los próximos años para ver si vuelve a ser ocupada y tiene éxito.

Adulto metido en la caja, seguramente incubando los huevos (9-5-2021)

Por lo que he podido leer, parece que el cambio climático está haciendo que se estén adelantando las fechas de puesta, siendo este un posible ejemplo, ya que ha ido bastante adelantado con respecto a lo que suele ser.

Entre mis anotaciones, tengo algunas fechas importantes de esta pareja, que podré comparar el año que viene con otros datos, y que a la larga pueden resultar interesantes…

El primer avistamiento de la pareja lo realicé el 15 de abril, aunque seguramente llevara algún día antes. Es un territorio ya utilizado otros años, por lo que a base de insistir, y buscar y buscar, han sido muchos los días que he conseguido ver a la pareja, utilizando en muchas ocasiones los mismos posaderos.

Otra fecha interesante, es que el 4 de mayo fue primer día en el que dentro del nido se encontraba un adulto. Tuve la suerte de varios días seguidos poder ver a la pareja descansando de día, y de ahí los datos.

En la caja (8-5-2021)

Un día después de ver al autillo (supongo que a la hembra) dentro del nido, me pareció ver que no había autillo de nuevo. No lo puedo certificar seguro porque fuera del nido solo conseguir ver un ejemplar, pero tenía pinta de que en el nido no había nada, mientras que el 6 de mayo volvía a haber un ejemplar dentro, que fue constante ya hasta la aparición de los pollos.

Pasaron los días y las semanas, y el 28 de junio fue el primer día que vi asomarse seriamente uno de los pollos por el agujero. Durante los días anteriores se veía cierto movimiento, pero no llegaba a adivinar a los pequeñajos…

Uno de los pollos asomando del nido (28-6-2021)

Y ahí siguieron varios días dentro de la caja… Moviéndose bastante y asomando curiosos, siendo vistos en el interior por última vez el viernes 2 de julio.

Durante casi dos días no me pude pasar, y cuál fue mi sorpresa que en mi siguiente visita ya no había nadie dentro del nido, por lo que los polluelos volaron y salieron del nido entre el 2 y 4 de julio (cuando lo habitual suele ser que los pollos de autillo abandonen el nido la segunda quincena de julio).

Y aunque me costó, tuve suerte y pude dar tras mucho buscar con la pareja de jovenzuelos, que estaban tranquilos pero pendientes de todo lo que ocurría a su alrededor.

La pareja de pollos entre las ramas primer día que los localicé (4-7-2021)
Los dos polluelos más cercanos (4-7-2021)

Entre 60 y 62 días desde que vi a la hembra dentro del nido, hasta el salto de los pollos de la caja para andar moviéndose torpemente de rama en rama.

La verdad que una gozada poder seguir a una especie así, aunque la verdad que es algo que cuesta… He tenido que meter muchas horas allí, sobre todo hasta encontrar los posaderos habituales, ya que el mimetismo y discreción de estos pequeños buhos merece cuanto menos un premio.

La pareja relocalizada (11-7-2021)
Uno de los pollos solitario (11-7-2021)

De hecho, aún a sabiendas de que en julio y agosto han estado 4 ejemplares en la misma zona (los dos adultos y los dos pollos recién nacidos), ha habido muchos días que no he conseguido ver ni uno…

He ido varios días y muchos me he ido de vacío. Los adultos no han vuelto a repetir los posaderos en los que se movían en abril y mayo.

Como observaciones, puedo decir que la hembra, unos días antes de entrar a la caja nido ya no se dejaba ver… Y una vez avanzada la crianza, el macho no había forma de pillarlo ya… No sé si se habría desplazado algo o es que se escondía mejor, pero los tres posaderos que repitieron en abril y mayo, dejaron de usarlos… No sé tampoco si será casualidad, que estaba igual y yo no conseguía localizarlo, o si puede ser que durante el día se aleje algo más de la zona de cría para no llamar la atención de posibles depredadores… El año que viene veremos a ver que pasa y puedo sacar conclusiones!!!!

Localizados los polluelos en otro de los días (13-7-2021)

Para ir finalizando, una pequeña curiosidad sobre la especie, y es que puede ser que el cambio climático, además de provocar el adelantamiento de la puesta (esta pollada se ha adelantado unos 15-20 días sobre lo habitual), puede ser que provoque que haya ejemplares residentes…

En el invierno 2020-2021 varios observadores constatamos por primera vez la presencia regular de la especie en periodo invernal en el Parque de La Taconera. Habrá que estar atentos y ver si esto es una tendencia que se consolidará en años sucesivos y en más zonas de Iruña.

Por el momento, reafirmarme en que ha sido un lujo realizar el seguimiento de esta simpática parejilla.

Estirando el pico (15-4-2021)

Para terminar os dejo con el enlace del censo del que he hablado antes y su información, por si queréis echarle un ojo https://avistadepajaros.wordpress.com/2021/05/27/la-noche-del-autillo-225-kilometros-en-busca-de-autillos-censo-de-autillo-europeo-en-las-comarcas-de-pamplona-y-sanguesa-abril-mayo-2021/

Autillo con su mimético y precioso plumaje (16-4-2021)

Acerca de Danieltxo

Pamplona, Navarra (1984); dgarciamina@gmail.com
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2 respuestas a Pareja de autillos criando en la puerta de casa

  1. iosu dijo:

    Hola Danieltxo, yo vivo en la calle Mayor y los autillos de la Taconera siguen por aquí… Por las noches se les escucha cantar perfectamente, aunque llevo unos días que no me he fijado…

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